miércoles, 11 de mayo de 2011

Las bestias


La imagen es la de unos elefantes.
Unos elefantes con la patas delanteras clavadas al tronco de un árbol cada uno.
Un tronco basto sobre el cual las bestias, con las patas perforadas la una sobre la otra, viajan río abajo azotados por las varas de una civilización extinta.
Pueden ser egipcios o un grupo cualquiera de aborígenes.

Los hombres los transportan y ellos se dejan arrastrar corriente abajo, confundidos, incapaces de entender como estas criaturas tan blandas, tan pequeñas, les pudieron someter para llevarlos a morir.

¿Fue algún descuido?

Porque ellos saben que es el fin. Las bestias saben que es el fin.
Creen que les devorarán.
Que les cocerán a fuego como han visto hacer a otros de esa especie, desollándoles antes para fabricar herramientas con sus cuerpos pero no ocurrirá así.
No con ellos.
No esta vez.
Solo quieren su grasa. Su piel. Su aceite. Los colmillos.
Cuando lo hayan conseguido abandonarán los restos. No se molestarán en esconderlos.
Servirán de ejemplo.



Ella y yo meditábamos sobre esto al borde de las cataratas.
El agua me permitía ver sus hombros y lo largo de su cuello. Su perfil cortando la arboleda que rodeaba nuestro estanque en lo alto del acantilado.
Lo discutimos como un hecho del pasado, como ese accidente histórico que hizo mella en nuestra especie.

- ¿Cómo se pudo hacer eso? ¿dar tan poco valor a la vida? Al dolor.
- Sobre todo cuando ellos son incapaces de dejar que otra corra ningún riesgo.

...y al acabar de decir esto soltamos un patito de juguete en el estanque. La corriente lo llevaba lentamente a la cascada haciendo giros imposibles.
De repente, una trompa, estirándose por encima de nosotros lo cogió muy suavemente y lo dejó a salvo en la orilla, con cuidado.
Era un elefante.
Se bañaba al lado nuestro como si nos conociera, bebió unos tragos y se echó agua por encima.
Tras el baño se giró y volvió a los suyos; un pequeño grupo de elefantes que esperaba a sus espaldas.
Sentí que se despedía con el gesto de los dueños de las fincas al largarse.