domingo, 18 de octubre de 2009

el sueño de La Razón produce monstruos

Hoy he abierto por primera vez La Razón, el periódico liberalista-conservador de Luismari Ansón, que rima y todo, y me he sentido guaaaaay.

Luis María Ansón sujetándose la cara con la mano.
Qué tío más pensador...

La portada de hoy era una foto aérea de Cibeles en la que se veían las miles de personas que se manifestaron en contra de la nueva ley del aborto.
El titular rezaba:


"El Río De La Vida"

Wooow...

El periódico arrancó hoy con fotos de chicos y chicas jóvenes, guap@s, con la satisfacción del bienestar en la cara y ese brillo en la piel que da una alimentación saludable.
Sonrisas relucientes con todos sus dientes y pelo bien hidratado.

La verdad, parecía un reportaje de Ray-Ban o Tommy Hilfiger sacado del colorín del domingo, no una manifa.
A una manifestación de toda la vida se va con pantacas gastados, rastas y cervezas si es progre, a la vez que festiva para nosotros los occidentales (0,7% Ya, No a La Guerra, Palestina Libre, etc.), o en ropa de "a diario", ceño fruncido y pancartas de UGT si es de currelas enfadaos.

Esto parecía un concierto del Canto del Loco.
Las señoras, los niños, las abuelas, las chavalas...

Viendo ese panorama tan colorful me he sentido bien.
Y no por vivir en un país en el que al fin es la derecha la que tiene que echarse a las calles, que ya no me sorprende tanto como al principio y, aunque me sigue pareciendo raruno, como si fuera a haber elecciones anticipadas mañana para que esto vuelva a la normalidad o alguien fuera a decir que era coña, que todo el mundo al puto suelo, lo tengo asumido.
Me he sentido así porque al ver las caras de los chavales me he dado cuenta de lo bien que vive esta gente.

Qué vida más guay!

Estas familias (las de verdad, las de papá y mamá, las de toda la vida) realmente están acojonadas de nosotros!
Para esta gente fuera de sus chalets y sus puestas de largo, de sus pisos de 120 m2 en urbanizaciones de lujo para los más apurados, el mundo es un lugar amenazador en el que suceden cosas que suponen una amenaza constante a su status quo.
Y, negro, yo les entiendo perfectamente...

En el "mundo real" la descripción de padre es "tipo que desaparece de tu vida antes de que cumplas 5 años"; las madres curran todo el día y ni con esas tienen para una niñera así que los niños a la abuela, o a la tía o esposados a un radiador con un cuenco de agua al lado; los maricas y las lesbianas se quieren casar "como las personas normales" (la frase no es mía, cito textualmente); y ahora las niñas se pueden ir a abortar así, como si nada!

Yo creo que piensan que abortar nos flipa. Es lo que hacemos los rojos.
Follar sin condón, pero no por follar que, meeeeeh...
No, lo guapo es abortar!
En plan de quedada en domingo:

Roja Facilona 1 "Qué hacemos este finde? La Latina? Ah no, que estoy preñada. ¡vamos a abortar!"

Roja Buscona 2 "Planazo!"

Ellos nos ven así porque en el fondo somos unos fracasaos y nos culpan por ello.
Fucking meritocracia y sus consecuancias negativas.
Los padres que curran tol rato y llegan a casa sudados, con las manos negras, gesto de hastío.
(para los de la LOGSE).
Si es que se lo han buscado, haber estudiado.

Cuando pienso en ellos me viene una imagen de una película, o de un libro, no lo tengo claro, en la que una mujer rica y su hijo van en un carruaje por el Londres victoriano y al pasar por una zona donde los pobres pasean por la calle como zombies, o como perros sin hambre porque el hambre con el tiempo atenúa y ya se les ha pasado y solo siguen el carruaje con la mirada, como si a base de mirarlo estuvieran pasando un ratito dentro, al calor, y la madre, al ver a su hijo mirar por la ventana pero con otra mirada que nada tiene que ver con la de los pobres, le cubre los ojos con la mano y se acabó el problema, y me dan penica porque vaya jaleo tener que estar todo el rato con tus padres tapándote los ojos, y qué coñazo para los padres que tienen que estar todo el rato tapándole los ojos a sus hijos y yo creo que es eso lo que de verdad les molesta porque, lo que hagamos nosotros, que somos todos perros sin hambre a los que de vez en cuando se les tira una chuleta en forma de tele de plasma, o de I-Pod (pronunciado ipoz), pues les trae sin cuidado, pero como un día la mirada del hijo se cambie por la del mendigo tendrán un lío de cojones y el hijo dejará de estudiar, o se le irá con un negro porque la mayoría de hecho no habrán visto uno en la vida real hasta bien pasados los 23 y ya se sabe lo que pasa con lo exótico y así me imaginaba yo a mi madre, los dos montados en un carruaje pero-que-de-super lujo, ella tapándome los ojos y yo tapándome la nariz y ya ni podía verlos ni podía olerlos y me imaginaba a mi mismo en una manifa de esas en las que los antidisturbios aprovechan para irse a la playa, o a visitar a un compañero retirado, o a ver un partido, que hoy no se curra o vete tú a saber que harán los antidisturbios cuando no hay caras que romper.

En la tercera página había un artículo de un tío con "nosequé de las mujeres" por título y que hablaba de como las mujeres se habían quedado a medio camino de convertirse en Diosas y me pareció que las culpaba o responsabilizaba de eso y además habalaba de ellas como se habla aquí de las mujeres de Afganistán, o de los leones de los zoos que a todos nos dan pena pero no tenemos ni puta idea de lo que sienten o de lo que piensan realmente y la verdad, nos importa tanto como al autor del artículo lo que piensan las mujeres o a lo que realmente aspiran.

Llego a la conclusión de que es un lugar extraño en el que viven los lectores y redactores de La Razón. Ni bueno ni malo que eso requiere que escriba más y me da perezuna pero extraño es, extraño de cojones...

2 comentarios:

  1. Lo que me da pena, en realidad, es esa absoluta imposibilidad de nunca jamás poder sentarse en una mesa y hablar con esta gente. Son absolutamente la otra cara de nuestra vida. El otro lado.

    Y "esta gente" somos nosotros para ellos.

    La paz mundial, amigo, es imposible.

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