martes, 29 de diciembre de 2009

La demiurgia según Hank

Yo lo que quiero es un proyecto.
Y a lo mejor no es un proyecto hiperrealista pero no es una mentira.

Las bases del proyecto no son la confianza, ni la sinceridad, ni el respeto mutuo. Es el amor preadolescente, el amor de antes del sexo, el amor de fantasía, el de-ir-co-gi-dos-de-la-ma-no.
Amor de dos.
Mi proyecto habla de tí y de tus patas flacas sujetando una barriga redonda sobre la que se enredan nuestras manos.
De mañanas de sonrisas con aliento mañanero pero rico, tierno.
Como una cama de pan Bimbo.

Sobre estas bases empezamos a construir la realidad, y entran el respeto y la confianza, el blah, blah, blah. El sexo enrabietado.
los golpes en la cara con jadeo y carcajada.
La saliva y la lujuria.
Los orgasmos.

Mi proyecto habla de compromiso con él mismo.
Compromiso con el proyecto en sí, creer en el whatever works. Un proyecto de acuerdos nuevos, de nuevas normas, de otras posturas.
De otros cuerpos si hace falta.
Si la cosa funciona...

Yo creo en un proyecto pero para creer hay que saber manejar las crisis de fe.
En nuestro proyecto las crisis se superan con miradas a los ojos, con las manos en el otro, con la mejilla en la piel ajena, la nariz donde los brazos se doblan.
En el recuerdo de los proyectos anteriores y repasando los fracasos viejos para superar los obstáculos venideros.

Mi proyecto mola más que yo y que los que me engendraron. Puede que mi proyecto mole incluso más que tú pero yo eso no lo veo. Mis ojos no llegan tan lejos.
Para mí mi proyecto eres tú y mi proyecto sin ti no es nada.

domingo, 13 de diciembre de 2009

sábado, 5 de diciembre de 2009

Cuanto te odio Kutxi Romero

Aaaaaaaarghh...!!!!
AAAAAaaaaaAAAAAAaaaAaAAAAAARRRRRRRGGGgjjgjjgjgjgjjjhjhjjjhhHHHRRRRGH!!!!!
RrRRroaaaaaaarrrrrggggggrhhhjj....!!!

Ajhhh!
Ah!

Odio a Kutxi Romero como a un pelo detrás de mi garganta.
Escucharle me exaspera.
Le detesto con la fuerza de los mares, con mi alma y con mi carne, a pleno grito y en silencio.
Con el ímpetu del motherfucking viento.
Cada vez que escucho una de las canciones de este hombre me vomito en la boca de asco.
Sencillamente, le O-D-I-O.

Lo sé: es feo.
El odio es feo, contraproducente y, al final, un tiro que sale por la culata y que solo hace sentir mal a uno mismo... pero para feos él:

Y es que cada vez que mi compañera de piso se despierta, olorosa toda ella, dispuesta a disfrutar de un nuevo día (lujo que estoy dispuesto a revocarle...) y comparte con nosotros A-TO-DA-OS-TIA la despreciable lírica de ese cerdo afónico que es Kutxi Romero y los acompañamientos musicales (?) del resto de su piara, me llevo un cojín a la cara y grito hasta que me sangra la garganta como a un tuberculoso, y juro que le odio, y pido a Dios que le mate de un ataque de hemorroides en la boca.
Un odio tan espeso que es tangible. Tan sustancioso y rico que podría caramelizar una manzana con él.

Mi asco no se limita al sonido de su voz:

"sueña despacio con mi palacio,
que es el paraíso en que piso aunque sea un mojón

con tu nombre escrito por los rinconcitos de su corazon,
cuando despiertes caerás conmigo en el barrizal"

Comprensión del texto:

"Sueña despacio con mi palacio/ que es el paraíso en que piso"

En serio?
No, de verdad, voy a repetir la pregunta:
EN SERIO!? Y te pagan por esa MIERDA?

"aunque sea un mojón con tu nombre escrito por los rinconcitos de su corazón"

Sí.
Sisisisí, en efecto, se ha llamado a si mismo mojón, nada en contra de eso, pero es que se ha rimado, "oh, sorpresa", con corazón. Por no hablar de cuando la chica se despierta por la mañana.
Narra a la perfección lo que imagino sería una cita con Kutxi.
Es como follar con Shrek.


Y es que no me basta con cagarme en él sino que me cago en toda la lengua castellana por permitir esta mierda de combinaciones aleatorias!!!
Voy a escribir una canción como lo haría Kutxi:

Eeeehhh... hmmmm...
soy un mojón... que echa chispas en tu pelo.../
de cajera de Montera... con los celos de una verja
que se enreja eeen... una verga!

Pá la SGAE!

El "cantante" de marea canta serenatas como lo haría un cerdo a una almorrana asomada a un balcón cubierto de herpes.
Me duele oirle.
Me llena de rabia y desprecio a mi mismo por el simple hecho de vivir en la misma época que le ha tocado vivir a él. Por ser su contemporáneo, no artístico o genérico, sino humano, de especie y no poder hacer nada por remediarlo excepto lanzarme de cara contra un tren de mercancías a toda velocidad y rezar, por el Amor de Dios, por no reencarnarme hasta que Kutxi Cómo-Pollas-Se-LLame haya muerto, y una vez muerto y bien muerto, haya sido enterrado doce metros bajo tierra, bocabajo y descompuesto, para que, si algún día los muertos vuelven a la vida, de su tumba no pueda salir ni una puta uña, pero sobre todo, ni una sola de sus infectas cuerdas vocales porcinas.

...

...

...

Ahora sí. Ahora ya puedo salir de casa.
Gracias por leer.

Hala, chau.

jueves, 26 de noviembre de 2009

El caníbal de Kastelorizo

La soledad del hospital de campaña de la isla de Kastelorizo se volvió indecorosa.



Durante los meses de abril a julio de 1945, una villa abandonada sirvió de hospital de campaña, depósito de cadáveres, albergue de unas cuantas enfermeras y soldados neozelandeses esperando un traslado que no llegaba y la improvisada cárcel de un monstruo que nunca nadie llegó a ver.

Los neozelandeses destinados allí llevaban una larga guerra a sus espaldas.
Habían sido destinados al norte de África en 1939, una división entera, y según ésta fue perdiendo efectivos y la guerra se iba desarmando allí y armando acá, los fueron moviendo entre Italia y Creta.
Su último destino sería la isla griega.
Con ellos viajaron algunas enfermeras y heridos leves a los que no se podía repatriar (Australia y Nueva Zelanda tuvieron muchos problemas logísticos debido a su lejanía, además la proximidad de Japón las convertía en un objetivo fácil).
Pensaron que pasarían tranquilamente las últimas semanas de transición de guerra a paz pero no fue exactamente así.

Se instalaron los heridos y las enfermeras en un hospital improvisado en una villa con un sótano y dos plantas que contemplaba, pacífica, un lago redondo y manso como una piscina de formol.

Al llegar se informó a las enfermeras de la distribución del recinto:
La planta baja se había diafanado a golpe de bomba y martillo y en lo que quedaba en pie se repartían camastros y camillas, ya casi vacías, y mesas y sillas de un comedor adjunto.
Arriba estaban las habitaciones de las enfermeras, un cura que había vuelto a la parroquia y algunos cuartos vacíos que se usaban para cualquier cosa.

El sótano se había convertido en una pequeña galería de los horrores.

Entre los almacenes y los cuartos de servicio se encontraba la sala de calderas, donde había varias bañeras adosadas dejando pequeños pasillos entre ellas.
No se sabe si una enfermera taxidermista, un soldado obsesionado con la repatriación de su propio cadaver o el médico inglés que había vuelto a casa unas semanas antes de la llegada de los neozelandeses, pero alguien, había instalado toda una planta de conservación de cadáveres casera.
Un monumento blando a los caídos de la guerra.
Casi nadie bajaba al sótano. Eran tiempos de volver la espalda a la muerte, al horror.

Al cabo de unas semanas, en mayo, la guerra acabó.
Se les dijo a todos que volverían a casa pero no fue así.
Primero se fueron los italianos y con ellos las otras pocas enfermeras que quedaban.
Al poco tiempo les tocó a los ingleses.
Para junio de 1945 los soldados y las enfermeras australes pensaron que Nueva Zelanda había sido arrasada por las bombas japonesas pero que nadie se atrevía a decírselo y que ahí se quedarían, esperando para siempre a ser retornados a un lugar que ya no existía sobre el mar.
Hubiera sido mejor así porque el abandono de los héroes de guerra es vergonzoso.

Dicen que antes de partir las enfermeras italianas tuvieron una fuerte discusión.
En una habitación del sótano, pasado el depósito improvisado, había una cámara frigorífica que había dejado de funcionar hacía años, cerrada por un candado.
El personal tenía prohibida la entrada y la puerta, rezaba una de las normas del hospital, no debía abrirse nada más que por la supervisora aunque ella nunca lo hizo. La única en entrar era una enfermera joven y, según Jesús Hernández, el cronista de la historia y autor de Enigmas y Misterios de la Segunda Guerra Mundial, pelirroja.
Tras la discusión que acabó con las enfermeras dejando atrás a la muchacha pelirroja se confió un secreto y se planteó un dilema:

La muchacha les contó a las 2 enfermeras de Nueva Zelanda que en la cámara había una persona encerrada.
Un hombre de mediana edad, robusto al que todos llamaban el ruso, aunque nadie le oyó pronunciar una palabra en ese idioma. Desde hacía meses nadie le había oído pronunciar una sola palabra, de hecho.
Le habían anclado al techo de la cámara con cerrajería y cuero, imposibilitando cualquier movimiento, acusado de haber devorado a un crío poco antes del incendio de 1944.
Estando solas y al mando, las enfermeras tenían que elegir entre seguir como hasta ahora, ignorando la existencia del detenido, haciendo como si la discusión nunca hubiera tenido lugar, como si la muchacha pelirroja nunca las hubiera implicado y dejar que el hombre muriera de inanición sin perjuicio para nadie o por el contrario ocuparse de él.
Pero ¿para qué? ¿hasta cuando?

En caso de no hacerlo, ¿podían dejar a un hombre morir de hambre y sed sin pruebas claras de lo que había hecho? ¿Sí lo había hecho siquiera?
Si tan solo no les hubieran dicho nada...

Un soldado al que le contaron la situación fue a la policía a advertirles de lo que sucedía.
Fingieron no entender su idioma y fue imposible hacer que le acompañaran a la casa.

Una tarde hubo un naufragio cerca de la costa. Familias enteras que regresaban, soldados que volvían de la guerra, jornaleros que buscarían trabajo ahora que la guerra por fin había acabado. Casi todos se ahogaron.
Los pescadores sacaron los barcos para ayudar a rescatar los cuerpos, los neozelandeses, sintiendo que por fin podían hacer algo que les apartara de su mísera y desidiosa espera se echaron al mar y las enfermeras pusieron en marcha de nuevo el hospital para asistir a los heridos.

Al acabar las labores de rescate el pueblo se sumió en el silencio.
Solo quedaba el sonido que hacen los cadáveres pescados en el mar; ese sonido viscoso entre lonja y balsa atracada.
Un sonido que llegó multiplicado por el eco al depósito improvisado junto a la cámara frigorífica del caníbal en custodia.

Las enfermeras trabajaron si parar ayudando a los pocos supervivientes, restaurando los cuerpos para ayudar a identificarlos y a enterrarlos, conservando, a la espera de que alguien los reclamara, a los que no se pudo identificar. En algún momento el ruso dejó de estar en sus memorias, sencillamente se olvidaron de él.
Dejó de existir.

Durante ese episodio nadie entró a la cámara donde se le mantenía vivo a la espera de su muerte.
El reo disponía de una caña larga y flexible con la que absorbía la comida licuada y el agua que le dejaban en un cubo en el suelo. Sus excrementos caían del techo y nadie se preocupaba por limpiárle, ni a él ni su habitáculo. Se daban manguerazos con agua y se tiraban cubos con lejía y amoniaco. El olor era insoportable. No me explico como pudo sobrevivir a sus infecciones.
Cuando al cabo de días sin reparar en él, por fin una de las chicas se apresuró a ver sí el preso seguía vivo o ("no sin cierto alivio") había muerto por falta de atención ("un homicidio accidental, un descuido, propiciado además, por la atención que se debió prestar a los damnificados; no había a quien culpar por su muerte si esta había acaecido...") notaron la luz que entraba desde el otro lado del cuarto.
El agujero en la pared.
Los trozos de metal y cuero colgando del techo.
El bostezo que devolvía el vacío de la cámara frigorífica.

Se oyó el grito por todas partes y en cuestión de minutos el pueblo entero estaba movilizado.
Quién sabe hace cuánto se había fugado. Faltaban miembros a alguno de los cadáveres de las bañeras, pedazos de carne.

Durante tres días el pueblo no durmió.
Se hizo gris.
Los soldados eran los únicos que intentaban apresar al ruso desaparecido, el resto se escondió en sus casas, paralizados por el miedo, con las pocas armas que tenían apretujadas entre sus dedos.
A la mañana del cuarto día desapareció una barcaza. Junto a ella el cadáver de una cría que había muerto en brazos de su madre en el naufragio. En la villa se volvieron a oir gritos.
En las puertas de las habitaciones de las enfermeras que le cuidaron, el ruso (supuestamente) dejó unos trozos de carne en señal de agradecimiento, como los gatos cuando llevan a sus dueños un pájaro muerto o una lagartija decapitada.
Los soldados se habían esforzado tanto en encontrarle que no se dieron cuenta de que el ruso estaba siempre dos pasos por detrás de ellos...

Al cabo de unos días repatriaron al destacamento. Algunos decidieron quedarse.
Aún hoy en Kastelorizo hay una gran comunidad neozelandesa y australiana.
El ruso, en caso de serlo, un antecesor de Andrei Chikatilo, desapareció en el mar.
No se encontraron los restos de la niña.
Nadie entendió los motivos de la muchacha pelirroja.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Living la vida Angola


Mateo es conductor de visitantes extranjeros en Luanda.

Un trabajo al alcance de pocos con unas condiciones excepcionales:
Un teléfono móvil (que desgraciadamente pasa el día entero descargado porque Mateo va a su casa cada 2 días, sí tiene un hueco, a darse una ducha), un vehículo en el que dormir (insisto, a casa solo va uno a ducharse) y un sueldo de alrededor de 8000 kuanzas al mes.
Algo menos de 90 dólares.

A cambio él ofrece disponibilidad las 24 del día.
No para ni a comer.
Máximo se toma una coca cola o lo que le inviten los clientes de su jefe porque si no va a casa no puede comer en la calle. Es caro incluso para un europeo.
En Luanda una hamburguesa con patatas fritas y bebida cuesta 1500 kuanzas.
Ya sabéis su sueldo, ahora haced el cálculo.
Además debe estar localizado siempre. Sí el móvil no tiene batería, que es el caso el 70% de las veces, no se puede mover del coche.

Nos enseña las fotos de sus hijos.
No son las típicas de niños raquíticos preparadas para conmover a los turistas para que le den propina. Por mal que esté decirlo, Mateo no es tan listo.
Nos enseña unas de su hija regordeta, en el jardín (o terraplen) de al lado de su casa y de su hijo vestido con un bañadorcito rojo heredado de alguien que le debía doblar la edad cuando se lo entregó.

Había una de la mesa del festín que habían preparado en casa para la celebración del quinto cumpleaños de su hijo Bris.
Ésto es lo que había en ella:

Una botella de vino tinto
Una botella de 1L de cerveza
1 botella de 25cl de Coca-Cola
Una tarta de merengue con una vela en forma de 5
2 platos de arroz

Todo sobre un mantel salmón de seda artificial.

Alexander nos dice que tiene veintiseis años aunque todos sabemos que no alcanza los diecisiete.
Un tipo afortunado Alexander.
Trabaja de guardián del mini-complejo de apartamentos en el que nos hospedaremos durante nuestra estancia en Luanda.
Tiene un uniforme compuesto por una camiseta verde, un pantalón militar de un ejército y una chaqueta de otro.
También tiene una porra y un rifle de asalto Kaláschnikov AK-47.
Nunca se desprende de él.
Alexander trabaja todos lo días sin parar.
Cuando se acuesta en su colchón, colocado al aire libre junto a una pared del patio, se lleva el brazo por encima de la cabeza y sujeta el rifle con un dedo envuelto en el gatillo.
Siempre está sonriendo hasta que se le pide una foto y posa profesionalmente para la cámara, poniendo una cara que va a juego con su arma.


Marc es holandés pero vive en Austria desde hace años.
Casado con una famosa actriz de musicales austriaca y con dos niños, vive en una espléndida casa de campo a las afueras de Viena, rodeada de árboles que, si tuvieran pulmones y boca, dejarían escapar una tos cada vez que el neerlandés pone en marcha su deslumbrante Toyota FJ Cruiser con matrícula de Florida.

"Solo tiene matrícula atrás así que puedo correr todo lo que quiera por las carreteras alemanas".

Según nos dijo, ahí los radares solo toman las fotos por delante.
Cuando Marc le pregunta a Mateo que qué hace cuando no está conduciendo para nosotros, no sé sí está intentando iniciar una conversación torpemente o es que es demasiado estúpido cómo para darse cuenta de que, en los últimos tres días, Mateo no se ha cambiado de ropa y ha estado durmiendo en la furgoneta estacionada en la calle, justo enfrente de nuestra parcela.

Cuando Mateo le contesta que "business" y él se mofa diciendo:
"Heeey , big business, huh? You must be a rich man!" se crea un silencio incómodo entre el resto y su estupidez se convierte en patanería y nuestra incomodidad en bocas torcidas y chasquidos de lengua ahogados.

Para Marc, Mateo no es más que otro negro muerto de hambre, una foto en una marquesina, una estadística de la ONU.
Uno de esos anuncios de Unicef que invaden nuestro campo visual cuando intentamos leer una revista.

Miguel Ángel decía que al llegar sintió que en el camino del aeropuerto a los apartamentos le miraban mal. Como si le odiasen.
Como si te odiasen no, Miguel. Te odian.
La mayoría, sobre todo los bayaye que deambulan sin rumbo por la calle, nos odian, a ti y a todos. Peor aún, también nos odiamos un poco a nosotros mismos.
El sentimiento de culpa del colono que nos invade cuando vemos a negros, hindús y sudamericanos en sus países.

There's a side to every story que se dice en inglés.
No tengo ni idea de cual será el punto de vista del presidente, José Eduardo Do Santos, al que vimos escoltado por una modernísima ambulancia, cinco Mercedes 500, cinco BMWs M 5 y cinco Audis A8 (¿porqué elegir?), todos último modelo, amén de las cuatro motos de la policía y el camión con 4 militares, uno de ellos luciendo orgulloso un bazooka cargado.

Supongo que él vive guay en Luanda.
Duerme sus ocho horitas, su móvil nunca andará corto de batería, tiene a un montón de tíos para que le sujeten el rifle mientras duerme y dudo que las 1500 kuanzas de la hamburguesa con patatas le parezcan una pasta.

En cuanto al odio que puedan sentir por él... no creo que le preocupe tanto como a Miguel.
Como se suele decir, eso va con el cargo.

jueves, 12 de noviembre de 2009

...Y el que no aguante una broma que nos eche del pueblo

He estado en Mallorca un par de veces, casi siempre de noche o trabajando.
La última vez que fuí, hará unos 3 años, paseaba al anochecer en el coche de un amigo que tiene casa allí y me señaló la Catedral de La Seu.
"Mira, la Catedral de Mallorca", me dijo.


Es enorme.
Uno de esos edificios que dan ganas de coger con las manos y explorar mirando por las puertas y las ventanas, como si fueras un gigante; o quitarle el techo y hacer un plano aéreo donde se ve a la gente como hormiguitas en el fondo de una caja.

De repente, un rayo de luz que venía de la playa iluminó fugazmente el rosetón que corona el edificio y se volvió a mover desapareciendo en el cielo.
Tras un instante asimilando lo que había visto, se me dibujó en la cara una sonrisa que fue convirtiéndose lentamente en una carcajada de satisfacción.

Le dije a mi amigo, "Mike, ésta es la mejor tomadura de pelo al Cristianismo que he visto en mi vida."
Si aún no os habéis dado cuenta de porqué, seguidme...

Wikipedia:
"La Catedral de Palma, popularmente conocida como La Seu, es el principal edificio religioso de la isla de Mallorca y sede de la Diócesis de Mallorca. (...) Se trata de una catedral de estilo gótico levantino[1] Se asoma al mar sobre las murallas árabes que protegían a la ciudad, siendo la única catedral gótica que cumple con esta peculiaridad.
El rey Jaime I el Conquistador decidió derribar la antigua gran mezquita de Medina Mayurca para construir un gran templo dedicado a Santa María" porque según él, ésta le había salvado de un trágico final en la mar.

Es decir, siguiendo la tradición Católica, el tipo destruye un templo para poner el suyo encima (un "me cago en Dios" en toda regla, sólo que el Dios es de otro) y a principios del S. XIV* empiezan las obras que durarán hasta 1346 , año en que su sucesor, Jaime II de Mallorca la consagraría.

A lo largo de esos cerca de 100 años (entre proyecto y construcción) pasaron varios arquitectos por la obra.
Uno de ellos debió ser judío.
Uno de ellos se convirtió en el primer Johnny Knoxville de la historia.

Hagamos un zoom:



Ante nosotros tenemos uno de los rosetones más grandes del gótico clásico.
El más grande según muchas fuentes.
Con sus 13,8m de diámetro y unos 100m2 (no por nada se le llama "el Ojo del Gótico") supera al de Notre Dame en más de un metro.
En vez de estar a los pies, como era habitual, éste rosetón está situado sobre el presbiterio central, presidiendo la catedral.

Por si no se ve claro aún, el jodido rosetón es una enorme estrella de David.

Felicidades, judío.
Eres un puto genio.

¿Os imagináis la situación?
"Eeeh... pues ya está acabada, Don Jaime. ¿Qué le parece?"
"Hmmmm... (silencio incómodo para nuestro amigo el judío...) Chachi!"

Y porque estamos sujetos a la época que sino vería claramente al judío en su descapotable recién comprado con el último pago, las gafas de sol puestas mientras conduce por la costa mallorquina y llamando a sus colegas por el móvil:
"negros, no os vais a creer lo que os tengo que contar..."

Él con sus amigos y botellas de champán en un mirador con vistas al rosetón.
Mazhel-Tov!

La broma se les volvería en contra en 1492, claro, pero es que Torquemada no destacaba por su sentido del humor.

Éste es, sin lugar a dudas, mi timo histórico preferido y de alguna manera un gesto bonito de los judíos para con los musulmanes, con los que no dejan de enfadarse a pesar de que una vez se vengaron por estos de los católicos con mucho mejor gusto de lo que es habitual en las guerras santas.
En vez de cañonazo astucia.


* Según Wikipedia las obras comenzaron en 1227 pero Marcel Durliat, autor de L'art al Regne de Mallorca (Ed. Moll, Mallorca, 1964) ha demostrado documentalmente que la obra no empezó hasta principios del S. XIV. Todas las obras documentadas entre 1230 y 1256 no se considerarían construcciones de un nuevo edificio sino remodelaciones de la mezquita anterior.

martes, 10 de noviembre de 2009

Un Domingo En Los 70

Los domingos regreso a los 70.
Ésta semana el domingo cae en lunes, hay ciudades en alerta
por los vientos y la noche cierra pronto.
Las películas duran el doble.

Me medico con Hal Ashby.
Tomo cerveza con los M*A*S*H, me disfrazo de Clyde con una Bonnie de alquiler.
Sí me pongo nihilista, me hago un rato el Travis Bickle con amigo en el sofá.
Comemos de cuchara, reinventamos el cine, nos cebamos con los feos y la gente de la tele.
Un skater cuarentón.
"Cómprate un coche!", vociferan a mi lado y nos reímos como idiotas.

A veces, jugueteo con la memoria:
Kapuscinski aferrado a un bidón de gasolina
Peter Biskind descargando nombres propios
Samuel Kanyon Doe no es Joseph Jenkins Robert
Ian Smith no cantaba en Joy Division, ni siquiera era de Manchester
The Yardbirds no fue un grupo de Gram Parsons

Patrick Pearse aparece en mi cabeza refrescado por Garth Ennis
Yeats es solamente un nombre propio, un desconocido
Pero hoy, haciéndome a la idea de la persona que fue Friedkin,
me lo imagino dejando sus escrúpulos a la altura de V. Bout.
Parcelas de poder, compadre.
Todos somos Idi Amín.

Pocos héroes, un suicida, tres o cuatro dictadores y un atajo de chismosos.
Casi todos drogadictos y algún traficante de armas.
Ésta es la gente que me rodea los domingos
cuando vuelvo a los 70.

domingo, 25 de octubre de 2009

Ah, Orgullo y Prejuicio... y Zombies!?

Anoche estuve jugando al poker con amigos y en un silencio decidí sacar un tema de conversación. Les pregunté que si sabían que había salido una novela que se llamaba Orgullo y Prejuicio y Zombies.



Ninguno llegó tan siquiera a arquear una ceja.

Sin querer faltar a nadie les pregunté sí sabían que el cláaaasico de Jane Aaaaausten, del que hizo la peli Keira Knightley (kira naaaaaitli), la de Piratas del Cariiiiibe tenía una adaptación o versión o sodomización literaria (o lavativa, como se prefiera ver) en la que habían añadido zombies a la historia.

Nada.
Ahí acabó la conversación.

Mi primera preocupación es en qué mierda de mundo vivimos que si un tipo coge una novela romántica del siglo XIX y le mete zombies a todo el mundo se la pela!?
Es jodidamente genial!

Quiero empezar sincerándome: no he leído a Jane Austen, nada, niente, nichts, ni un libro. Tampoco he leído a las suicidas Sylvia Plath o Virginia Woolf pero empezando porque no me he leído "100 años de soledad" se podría decir que soy un ignorante que no ha leído nada.
Aún así ante una noticia como ésta flipo.
Definitivamente el arte, el entretenimiento, la holgazanería o como se le quiera llamar nunca había sido tan irresponsable, tan insolente y tan don'tgiveafuckero.

Me imagino a algún profesor de literatura jubilado, muy inglés él, moviendo la cabeza a los lados, los ojos entornados, el ceño fruncido, las palmas de las manos hacia arriba y por primera vez en sus 70 largos años entendiendo en toda su dimensión, y dejándola escapar en un susurro, la frase: "what the fuck!?"

A mi no me deja indiferente. A partir de Orgullo y Prejuicio y Zombies (tres "Ys", el cabrón del libro insulta desde el título) el sample llega a la literatura.
Así como en la música el rap y el ragga de los sound systems empezaron a tomar estribillos y puentes de éxitos soul y funk, reordenándolos para cantar y rapear sobre ellos creando hits inéditos, ahora un tal Seth Grahame-Smith (autor del "Manual de Entrenamiento Para Superhéroes") coge un clásico de la literatura, lo corta y pega a su antojo y cambia la perogrullada con que abre Austen la novela por "es una verdad universalmente reconocida que un zombi con cerebro necesita más cerebros".
En palabras de Li'l John: "Whhhhhhat?"

Me encantaría haber sido testigo de su proceso mental: "esta historia está bien, pero, le falta algo... Ah, claro: zombies!"

En la portada aparecen Jane Austen y él compartiendo autoría. Podría ser el sueño de Rosa Montero pero no, el privilegio es de Seth.
La presentación de la solapa es aún mejor:

Jane Austen (1775-1817) es una de las autoras inglesas mas relevantes de blah-blah-blah y pipipí hasta cinco renglones.

Seth Grahame-Smith (198ipico) fue una vez a un curso de literatura en Los Ángeles.

En fin, no sé qué repercusión tendrá esto en el circuito literario, si en la OED se han ahorcado, se han amotinado y prendido fuego como en Waco o si el cadaver de Jane Austen ha salido de su tumba y cojea por ahí buscando a la madre que parió a Seth.

Yo no paro de pensar en las posibilidades: Sentido y Sensibilidad y Vampiras Lesbianas; El Anticristo Entre el Centeno; Hamlet, el Androide Paranoide; Los Aliens que no Amaban a los Predators; por favor El Código Travesti...

Se aceptan sugerencias.

viernes, 23 de octubre de 2009

Jean Sarkozy tira de Swatch


Jean Sarkozy, el hijo de Nico, enseña su Swatch a un grupo de miembros de la EPAD, el organismo que administra el barrio financiero de La Défence, desde hoy, sus compis de curro.

En su nombramiento, Mini-Nic arremetió contra la "campaña de manipulación y desinformación" de la prensa que acusaba el nepotismo desde que se anunciara su intención de presidir el ente público.

Quiso acallar los rumores flasheando peluco.
Sí su padre le quisiera tendría un Patek Phillipe.

Aún así ha retirado su candidatura a la presidencia y se ha cortado el pelo.
Estaba más guapo antes de parecer mormón.

Jean Sarkozy, no Andrea Casiraghi

domingo, 18 de octubre de 2009

el sueño de La Razón produce monstruos

Hoy he abierto por primera vez La Razón, el periódico liberalista-conservador de Luismari Ansón, que rima y todo, y me he sentido guaaaaay.

Luis María Ansón sujetándose la cara con la mano.
Qué tío más pensador...

La portada de hoy era una foto aérea de Cibeles en la que se veían las miles de personas que se manifestaron en contra de la nueva ley del aborto.
El titular rezaba:


"El Río De La Vida"

Wooow...

El periódico arrancó hoy con fotos de chicos y chicas jóvenes, guap@s, con la satisfacción del bienestar en la cara y ese brillo en la piel que da una alimentación saludable.
Sonrisas relucientes con todos sus dientes y pelo bien hidratado.

La verdad, parecía un reportaje de Ray-Ban o Tommy Hilfiger sacado del colorín del domingo, no una manifa.
A una manifestación de toda la vida se va con pantacas gastados, rastas y cervezas si es progre, a la vez que festiva para nosotros los occidentales (0,7% Ya, No a La Guerra, Palestina Libre, etc.), o en ropa de "a diario", ceño fruncido y pancartas de UGT si es de currelas enfadaos.

Esto parecía un concierto del Canto del Loco.
Las señoras, los niños, las abuelas, las chavalas...

Viendo ese panorama tan colorful me he sentido bien.
Y no por vivir en un país en el que al fin es la derecha la que tiene que echarse a las calles, que ya no me sorprende tanto como al principio y, aunque me sigue pareciendo raruno, como si fuera a haber elecciones anticipadas mañana para que esto vuelva a la normalidad o alguien fuera a decir que era coña, que todo el mundo al puto suelo, lo tengo asumido.
Me he sentido así porque al ver las caras de los chavales me he dado cuenta de lo bien que vive esta gente.

Qué vida más guay!

Estas familias (las de verdad, las de papá y mamá, las de toda la vida) realmente están acojonadas de nosotros!
Para esta gente fuera de sus chalets y sus puestas de largo, de sus pisos de 120 m2 en urbanizaciones de lujo para los más apurados, el mundo es un lugar amenazador en el que suceden cosas que suponen una amenaza constante a su status quo.
Y, negro, yo les entiendo perfectamente...

En el "mundo real" la descripción de padre es "tipo que desaparece de tu vida antes de que cumplas 5 años"; las madres curran todo el día y ni con esas tienen para una niñera así que los niños a la abuela, o a la tía o esposados a un radiador con un cuenco de agua al lado; los maricas y las lesbianas se quieren casar "como las personas normales" (la frase no es mía, cito textualmente); y ahora las niñas se pueden ir a abortar así, como si nada!

Yo creo que piensan que abortar nos flipa. Es lo que hacemos los rojos.
Follar sin condón, pero no por follar que, meeeeeh...
No, lo guapo es abortar!
En plan de quedada en domingo:

Roja Facilona 1 "Qué hacemos este finde? La Latina? Ah no, que estoy preñada. ¡vamos a abortar!"

Roja Buscona 2 "Planazo!"

Ellos nos ven así porque en el fondo somos unos fracasaos y nos culpan por ello.
Fucking meritocracia y sus consecuancias negativas.
Los padres que curran tol rato y llegan a casa sudados, con las manos negras, gesto de hastío.
(para los de la LOGSE).
Si es que se lo han buscado, haber estudiado.

Cuando pienso en ellos me viene una imagen de una película, o de un libro, no lo tengo claro, en la que una mujer rica y su hijo van en un carruaje por el Londres victoriano y al pasar por una zona donde los pobres pasean por la calle como zombies, o como perros sin hambre porque el hambre con el tiempo atenúa y ya se les ha pasado y solo siguen el carruaje con la mirada, como si a base de mirarlo estuvieran pasando un ratito dentro, al calor, y la madre, al ver a su hijo mirar por la ventana pero con otra mirada que nada tiene que ver con la de los pobres, le cubre los ojos con la mano y se acabó el problema, y me dan penica porque vaya jaleo tener que estar todo el rato con tus padres tapándote los ojos, y qué coñazo para los padres que tienen que estar todo el rato tapándole los ojos a sus hijos y yo creo que es eso lo que de verdad les molesta porque, lo que hagamos nosotros, que somos todos perros sin hambre a los que de vez en cuando se les tira una chuleta en forma de tele de plasma, o de I-Pod (pronunciado ipoz), pues les trae sin cuidado, pero como un día la mirada del hijo se cambie por la del mendigo tendrán un lío de cojones y el hijo dejará de estudiar, o se le irá con un negro porque la mayoría de hecho no habrán visto uno en la vida real hasta bien pasados los 23 y ya se sabe lo que pasa con lo exótico y así me imaginaba yo a mi madre, los dos montados en un carruaje pero-que-de-super lujo, ella tapándome los ojos y yo tapándome la nariz y ya ni podía verlos ni podía olerlos y me imaginaba a mi mismo en una manifa de esas en las que los antidisturbios aprovechan para irse a la playa, o a visitar a un compañero retirado, o a ver un partido, que hoy no se curra o vete tú a saber que harán los antidisturbios cuando no hay caras que romper.

En la tercera página había un artículo de un tío con "nosequé de las mujeres" por título y que hablaba de como las mujeres se habían quedado a medio camino de convertirse en Diosas y me pareció que las culpaba o responsabilizaba de eso y además habalaba de ellas como se habla aquí de las mujeres de Afganistán, o de los leones de los zoos que a todos nos dan pena pero no tenemos ni puta idea de lo que sienten o de lo que piensan realmente y la verdad, nos importa tanto como al autor del artículo lo que piensan las mujeres o a lo que realmente aspiran.

Llego a la conclusión de que es un lugar extraño en el que viven los lectores y redactores de La Razón. Ni bueno ni malo que eso requiere que escriba más y me da perezuna pero extraño es, extraño de cojones...

Las Tres Muertes de Adam Goldstein

Las leyendas del rock molonas se mueren de una de estas tres maneras: suicidio, sobredosis o accidente de avión.

Adam Goldstein, más conocido como DJ AM, las ha muerto todas.


Según wikipedia-que-ya-ves-tú, Goldstein nació en Filadelfia (cómo Billie Holiday, 1915-1959, sobredosis), su padre le trataba como el culo (cómo a Michael Jackson, 1958-2009, todo apunta a suicidio o sobredosis) y empezó a flirtear con las drogas desde muy pequeño hasta el punto de que su madre le mandó a un centro de desintoxicación (cómo a todos).
Por aquel entonces su padre ya se había ido a la cárcel por fraude fiscal para morir de SIDA un tiempo después.

Este panorama probablemente precipitara a AM a su primer escarceo con la inmortalidad musical.
Después de una larga lucha contra su adicción al crack se intentó quitar la vida disparándose en la jeta (como Kurt Cobain, 1967-1994).
La pistola no funciona y falla.

DJ AM 1 - Destino Final 0

Decide dejar las drogas para siempre y esta vez se lo toma en serio porque cuando Adam se pone, se pone.
Comedy drums (taka-tsh!).

Yo conocí a AM bastante tarde, cuando montó el duo de DJ set y batería con Travis Barker de Blink 182 y, por favor, que nadie diga que es un grupo de punk...



Los dos tenían un show muy bueno en el que Travis iba haciendo breaks y redobles sobre loops y temazos que le soltaba Goldstein. Fue un éxito y empezaron a dar conciertos por todas partes.
DJ AM se lió con Nicole Richie y hubiera entendido que se intentara matar de nuevo pero no, en vez de eso, al acabar un concierto Travis y él se subieron al avión privado para volver a casa y se pegaron un ostión que te quedas tarufi.

Murieron 4 personas y Travis y DJ AM salieron gravemente heridos pero vivos.
Joder, que te has caído del cielo, yendo a toda ostia probablemente y en un bicho que pesa un quintal. Esto les pasó a Ritchie Valens, The Big Bopper y Buddie Holly el día que murió la música y ninguno tuvo la oportunidad de pillarse luego un ciegaco pero Travis y AM no vieron el bright side of life. Sufrieron sendas depresiones que sus abogados probablemente utilizaran para engordar la, ya de por sí, suculenta indemnización.

Por increible que parezca: DJ AM 2 - Destino Final 0

Esto pasó en septiembre de 2008.
Cuando en agosto de éste año me enteré de su muerte por sobredosis me pareció un desenlace de lo más estúpido: sobrevives a un accidente de avión y te mata la celebración del aniversario.
Dude...what the fuck!?

Es como descojonarte en la cara de todos los familiares de los muertos de Spanair (Espanoir, según mi amigo Iceman, piloto en celo permanente).
Como encenderte un cigarro con un contrato indefinido en la cola del inem.
Es el colmo de la conducta celebrity, por otro lado, el continuo derroche de la cultura del bling-bling. Están diciendo algo así como "negro, tengo tanto que hasta la vida me sobra".

Pero no fue exactamente así. Por lo visto el chico tenía una novia y su novia no le quería a él tanto como él a ella y ya se sabe como son estas cosas...
Durante unos días entre actuación y actuación Adam desaparece, no coge el teléfono, nadie abre la puerta de su apartamento cuando le llaman al telefonillo (que es lo que tiene vivir en el centro, que tus amigos se presentan así, sin avisar: que sí "oye, qué haces?", que sí " no es que pasaba por aquí...") y como no hay manera acaban llamando a la policía.
Al entrar lo encontraron bocabajo y con una bolsa de crack medio vacía (o medio llena) en el pecho.

Murió a los 36 años de edad. La esperanza de vida de una rockstar es de 35.

Lo que vengo a decir, basicamente, es que DJ AM es la rockstar por excelencia, la epítome de lo que es o puede o debe llegar a ser una carrera musical, la estadística perfecta.
Depresiones, padres abusivos, centros de rehabilitación, novias guapas y estúpidas, aviones privados que se hacen añicos, drogas y prensa amarilla para acabar muriendo el año o un año más tarde de cuando hay que morir.
Podría ser como un baremo en el que se comparasen el resto de las rockstars.
Los músicos podrían ser un 70% leyenda del rock según la escala Adam Goldstein.
"¿Quieres triunfar en la música? Consulta tus posibilidades con el test de DJ AM!"

Es cierto que hay otras causas populares como el magnicidio, los accidentes de tráfico (regular o sangriento) o ahogarse en su propio vómito pero bueno, ¿quién puede asegurar que no le hayan intentado apuñalar alguna vez yendo a comprar crack, que nunca se cayera en moto o que nunca se haya atragantado al vomitar?

En fin, me voy a poner un poco de Elliott Smith (1969-2003, puñalada en el corazón, autoinflingida!) y a soñar con el estrellato y los estrellados que son lo mismo pero son distintos pero son lo mismo pero son distintos pero son lo mismo, pero son distintos...

Buenas noches.

lunes, 12 de octubre de 2009

The Traveller, Número 3, Vol. I Noviembre 1976


La desaparecida revista The Traveller (Ed. Junk; Minneapolis, E.E.U.U.) tuvo tres tiradas mensuales de 500 copias cada una empezando en septiembre de 1976 y publicando su último número en noviembre de ese mismo año, 2 semanas después de que su director, Chester Lane desapareciera sin dejar rastro.
Éste polémico tercer número dicen que se consiguió borrar para siempre de la historia, retirado de los kioscos y arrebatado de la editorial asaltada en lo que se llamaría la primera "Republican Riot" a los 3 días de su fecha de salida.
Se supone que Joe Strummer y Gillian McCain entre unos pocos más aun conservan una copia de ese tomo maldito.
Esta es su historia.

Aunque algunos medios la catalogan de fanzine, comparándola con el transgresor J.D.'s del pornógrafo punk Bruce LaBruce, The Traveller no se parecía a estos ni en forma ni en fondo.

Los fanzines o "zines" que circulaban por la época eran fotocopias en blanco y negro en formato DIN A4, plegados por la mitad y grapados a mano.
El contenido eran manuscritos, dibujos y fotos generalmente de pésima calidad destinados a un público sin poder adquisitivo, vendidos a un precio simbólico o regalados a amigos y grupos minoritarios que se veían reforzados y reafirmados como movimiento, entre otras cosas, gracias a la exclusividad y marginalidad de los panfletos y la radicalidad de sus contenidos.
La revista, por el contrario, adoptó una forma absolutamente opuesta a aquella con la que comulgaban estos.

El primer número reproducía (o parodiaba, según se mire) la portada del primer National Geographic Magazine sustituyendo el título pero respetando la tipografía.



Esta fue la tónica general durante la breve vida de The Traveller que emularía en el segundo número el formato de Reader's Digest (lo que hizo que por primera vez los conservadores supieran de la existencia de la revista y empezaran sus recelos) para volver en su tercer número a la maquetación estilo National Geographic pero en tamaño de bolsillo y peor calidad debido, el tamaño, a las dificultades económicas que tuvieron para su lanzamiento y lo último a la naturaleza del material impreso.

Pero la mayor diferencia entre los fanzines de la época y The Traveller iba mucho más allá de las apariencias.
Mientras que estos se conformaban con el escándalo, que rara vez traspasaba los límites de las minorías a las que iba dirigido para llegar, en el mejor (o peor) de los casos a los padres de los adolescentes que los coleccionaban, los creadores de The Traveller querían trascender a sus colegas contemporáneos. Querían, subrepticiamente, convertir el punk en mainstream, introduciéndolo en la cotidianeidad de la sociedad sin que esta lo buscara.
Según Malcolm Mc Laren, en una ocasión Chester Lane le pidió a éste una foto de Syd Vicious inyectándose heroina para ponerla en la parte de atrás de todas las cajas de cereales Cap'n Crunch de Minneapolis que su padre, dueño de imprentas y etiquetadoras se encargaba de producir.

Una carta enviada a Nico al poco de que su hijo entrara en coma por sobredosis le suplicaba una copia de la grabación que esta había hecho del pitido de la máquina que le mantenía con vida.
Nunca dejó claras qué intenciones tenía con la copia.
Tampoco sabemos cual fue la respuesta de Nico o tan siquiera si le respondió.

Éste carácter subversivo de Lane que transmitió a su revista es la causa de que Legs McNeil llegara a decir que "ni Lane ni The Traveller eran verdaderos punks porque sus objetivos eran demasiado concretos, demasiado sofisticados".

Para conocer a Lane hay que conocer su vida y su entorno.
Chester Lane nació en Minneapolis, Minnesota en el seno de una familia rica que llevaba generaciones dedicándose a la industria. Años atrás era sólo madera pero el padre de Chester, un hombre culto y de inquietudes humanistas decidió abrir mercado en la imprenta, principalmente de envases y etiquetas pero compatibilizado, con más pérdidas que beneficios, con la impresión de algunos periódicos locales y encargos de editoriales arriesgadas que traducían libros extranjeros difíciles de encontrar.

A Chester le enviaron a estudiar a Europa un total de 6 años, pasó 2 veranos en Asia y un trimestre en Oriente Medio. A mitad de ese trimestre, con 17 años, salió de la residencia en la que vivía cargando con una mochila y llegó a Londres un mes más tarde. Sus padres nunca supieron qué pasó en ese tiempo y el psicólogo al que le enviaron poco pudo sacar de Chester más allá de varias referencias musicales y alguna conversación sobre William Burroughs.
Sin duda alguna Alemania e Inglaterra le influyeron más que ningún otro lugar de los que había visitado.

A los 23 años Chester había acabado la carrera de periodismo con muy buenas notas y poca asistencia, había empezado 3 fanzines (Loco, Puke y Anarchrist) y los había cerrado decepcionado con la escasa capacidad intelectual de sus lectores. Vivía la mayor parte del tiempo en Nueva York en sofás de amigos o en la calle cuando tenía menos suerte y conocía a todos los músicos relevantes e irrelevantes de la escena de finales de los 60 a mediados de los 70.

Ninguno sabía quién era Chester realmente.
Algunos imaginaban que era un chico rico que se había fugado de casa de sus padres para vivir como un mendigo en Nueva York, otros creían que era un chapero o un groupie homosexual que perseguía a estrellas del rock. Para otros era un genio a punto de estallar.
Andy Warhol nunca le mencionó en público.
Lionel Frame era su mejor amigo y, según algunos, su amante que le seguía a Nueva York, Minneapolis o donde quiera que él fuera.

Su padre siempre le apoyó dándole dinero ilimitado para sus gastos, dejándole vivir en una guesthouse en el jardín de su mansión cuando paraba por Minneapolis y mostrando un interés nulo por su vida o sus intereses. Chester decía que entrar en la casa de sus padres era cómo entrar en un casa de fantasmas o ser un fantasma que entra en una casa de fantasmas que no se dan cuenta de que lo son.

A los 24 años Chester y su amigo Lionel decidieron volver a Minneapolis, pedirle dinero a su padre y empezar The Traveller, una idea que según Chester le dijo a Lionel "será tan potente que nos devorará a nosotros mismos, fagocitándonos y convirtiéndonos en las primeras víctimas de su poder entrópico."

Un mes más tarde abrían una pequeña oficina en un barrio negro de la ciudad. Los 3 primeros meses estuvieron a punto de morir 4 veces; dos por robos, una por una paliza y una por atropello hasta que los negros se acostumbraron a ver a los chicos, les tomaron por locos y les dejaron en paz. Cuando les preguntaban porqué no se iban de ese suburbio se apresuraban a decir que en cuanto la revista se publicara estarían más seguros allí.

El primer número salió y se gastaron el dinero que el padre de Chester les había dado para los tres primeros. La calidad de la impresión era exacta a la del National Geographic así que no pudieron hacerla en la imprenta familiar, llegaron a anunciar el lanzamiento en algunas radios locales y en una pagina perdida del America's Daily hablaron de los chicos y su proyecto cultural.
Ellos hablaban de genocidio intelectual pero eso, obviamente no lo publicaron en el periódico.

Chuck Klosterman dice que el artículo de Chester sobre la Velvet Underground que aperece en ese número fue lo que le decidió a hacerse crítico de rock.

El artículo que defendía la supremacía de la raza gitana, tanto la de Europa del Este cómo la de la línea andaluza, sobre el resto de las especies humanas era incendiario y subversivo.
Decían que los blancos solo merecían la pena porque regurgitaban sobre su propio vomito cultural y estaban condenados a autodestruirse en su insignificancia y falta de caracter propio mientras que los negros se habían dejado robar el rock and roll sin oponer la más mínima resistencia y habían acabado encerrados en sus clubs de jazz aburrido y complaciente para gusto de "the man" (el patrón).

La página en la que aparecía una foto trucada del Mount Rushmore utilizado de cantera apareció en todos los medios locales y en alguno nacional.

Aún así, la revista aguanto hasta la siguiente publicación.
Todos los artículos los firmaban Lane y Frame.

El segundo número era un tomo de bolsillo de 70 páginas en las que aparecían fotos de archivo y algunas propias rodeadas de párrafos desordenados maquetadas como si fueran artículos pero sin una sola palabra inteligible.
Eran todos anagramas de insultos y profanaciones.
Pocos se dieron cuenta.

En la última página se hacía un anuncio de lo que vendría en el siguiente.
Una foto de la casa de los padres de Chester con un subtítulo en rótulos grandes y rojos:
IN BOLD CLOOD.

El padre de Chester había invitado a un sobrino que estudiaba una ingeniería a pasar unos días en su mansión para que pudiera tener tiempo y espacio para él y estudiar o relajarse para estar preparado para los exámenes que le esperaban.
Le pidió a su hijo que le dejara la guesthouse a su primo y que él volviera a casa por unos días o que los pasara fuera con uno de sus amigos.
Chester le complació "con gusto", dijo y se ofreció a quedarse en casa y que no se preocupara por Edward, ese era el nombre de su primo, que él se encargaría personalmente de que se encontrara cómodo y de que nadie le molestara.

Así se planeó el tercer número de la revista.

La mañana del 12 de octubre de 1976 Edward LaBelle Lane, 19 años, llegó a la residencia de los Lane, almorzó con la familia y se le acomodó en la casa de invitados.
Esa noche cenaron todos juntos, incluidos Chester y su amigo Lionel, que fue invitado por el padre para que Edward se encontrara con gente joven y al día siguiente le llevaron a ver a sus abuelos que vivían en una casa tranquila en los lagos del norte.

Por la noche del segundo día Lionel y Chester se metieron en la casa de invitados de Edward con la excusa de acompañarle y tomar una última copa antes de que se recluyera a estudiar.
Entraron con 10 gramos de marihuana, 30 anfetaminas, heroína y 5 botellas de alcohol que bajaron del coche de Lionel. Las botellas fueron lo único que vio LaBelle.
Edward dudaba de la brevedad del encuentro pero nunca imaginó que sería tan largo.

Al cabo de unos tragos de una copa en la que habían echado tranquilizantes, Edward cayó dormido.
Cuando se despertó estaba atado y ya había sido sodomizado por su primo y Lionel lo había fotografiado todo con una Polaroid y una Nikon.
Edward no notaría probablemente la diadema con orejas de conejo que le habían puesto para exagerar la humillación.
Si vio la máscara negra con unos ojos blancos enormes que cubrían toda la cabeza de su primo.

Sin quitarse ni quitarle del todo la ropa, Chester manoseo y violó a su primo durante horas mientras fingía hacerle caricias y muestras de cariño de lo más esperpénticas, sonriendo a cámara con la máscara medio puesta, medio quitada. Colocándole la cara a Edward, jugueteando con su sexo entre los mofletes de su culo, introduciéndole un pene de plástico y sacándolo despacio, foto a foto.

Jugaron con él durante toda la noche, Chester ejecutando y Lionel solo tomando fotos.
Lo dejaron atado y amordazado frente a una ventana que daba al jardín con un metacrilato opaco para que solo se vieran siluetas o manchas difuminadas desde dentro y desde fuera y se fueron a dormir cada uno a su casa.

A la mañana siguiente Chester se despertó y dio orden al servicio de que él y solo él podía ir a la casa de invitados, pidió un desayuno para dos, llamó a Lionel para que fuera para allí y fue a continuar con el calvario de su primo.
Cuando se acercó a la casa oyó unos golpes que llegaban de la ventana de su habitación, en el segundo piso.
En la entrada estaba el jardinero, un irlandés que testificó lo siguiente:
"... que en su momento de descanso estaba fumando un cigarro mientras miraba a la ventana de la que venía un ruido, unos golpecitos. Al ver llegar a Lane con la bandeja del desayuno le saludó con la cabeza, apagó su cigarro y volvió al trabajo"
(sacado de la declaración de Robert McLaughling, 1977)

Chester y Lionel pasaron dos días cebándose con el muchacho. Entre sesión y sesión Lionel se iba a la oficina a revelar las fotos, maquetar las páginas, añadir los textos, siempre escuetos y organizar las tareas de impresión.
Esto ocurría, supuestamente, cuando la imprenta estaba cerrada con la colaboración de ex empleados de la Familia Lane que nunca se llegaron a identificar y que nadie sabe cómo fueron localizados por los chicos y, sobre todo, cómo estos accedieron a realizar el trabajo.
Algunos dijeron que fue el padre quien les ayudó pero esas teorías se acallaron tras el suicidio.

Las fotos mostraban relaciones sexuales pero en ningún caso golpes u otro tipo de violencia física aparte de la sexual. A veces solo eran caricias. A veces era el primo el que sodomizaba a Chester, siempre con la máscara puesta mientras en un margen de la foto se veía una mano que empuñaba una pistola apuntando a la pareja.

Lo más bizarro del caso es que Edward salió de la casa por su propio pie, sin otras heridas que las que habían dejado los chicos en su mente y volvió a casa donde se dice que se encerró en su habitación sin querer hablar con nadie, sin comer, sin parar de llorar.

El padre de Chester tardó en mostrar preocupación por el caso después de que su hermana le llamara y cuando quiso preguntar a su hijo si había ocurrido algo raro los días que había pasado su primo en casa se dio cuenta de que, una vez más, Chester había desaparecido.
Contactó con Lionel que le dijo que no sabía nada de Chester pero que éste le había pedido que acabara el tercer número de la revista por su cuenta pues el iba a estar ocupado.
Le dijo a su padre que sentía mucho no poder ayudarle pero que siendo Chester cómo era probablemente estuviera en Nueva York y le dio unos cuantos contactos para que les preguntara si sabían algo.

Esto le dio tiempo para acabar la revista sin ser molestado. El 28 de octubre la revista se recibió en ocho kioscos de Minneapolis y cien ejemplares fueron enviados a una galería de el Soho de Nueva York llamada La Bouquete.
Según ellos en cuanto recibieron el paquete y vieron su contenido lo tiraron inmediatamente a la basura pensando que era una broma de pésimo gusto de algún chiflado de la zona.

EL número 3 de The Traveller era un reportaje fotográfico de lo ocurrido eso dos días en la guesthouse de los Lane. Un reportaje exhaustivo de la llegada de Edward y los días posteriores.
Se publicaron planos detalle de la vejaciones, fotos que se suecedían unas a otras mostrando una secuencia macabra que en ojos del violador se podría decir que él consideraba romántica.

Además aparecieron unas imágenes no identificadas de lo que parece un vídeo grabado en un salón en el que una chica rubia, de unos veintimuchos, treintaipocos años habla mirando al cielo con las manos en el pecho y baila, baila ballet como si estuviera intentando contagiar de su inocencia a unos interlocutores que desvían su atención de ella ya que vemos en las fotos como la cámara se mueve a un lado para enfocar una cámara de 32mm que hay en el fondo de la sala y que lo mira todo como un cíclope oscuro y rumiante, como si toda la gente que estaba ahí existiera por y para ella y para los que allí la han colocado.

La revista provocó un escándalo sin precedentes. La gente no podía creer que aquello se hubiera publicado y no entendían qué clase de gente se podía haber ofrecido a publicarlo y distribuirlo.
Las autoridades mandaron a retirar todos los números que hubiera en lo kioscos y a interrogar a cualquier persona que lo hubiera comprado.
Buscaron la editorial.
Acabaron encontrando el domicilio fiscal de Junk, la editorial formada por Lane y Frame con el motivo de publicar The Traveller y la gente no esperó.
Se lanzaron a la calle con la intención de invadir la oficina, destruirla, linchar a los responsables si la policía no se interponía.
Llegaron al edificio y en el apartamento no parecía que hubiera nadie. Las fotos originales estaban por la mesa, algunas copias de la revista estaban ahí, unos bocetos previos, máquinas de escribir, bolsas con drogas de varios tipos y varios pares de tijeras.
Botellas de whiskey y cerveza a medio acabar.
El sitio olía de una manera repugnante.

Cuando acabaron de reventar la pequeña oficina ante las miradas de los vecinos, incrédulos ante la barbarie y la saña con la que esas señoras y esos señores asaltaban el lugar, se dieron cuenta de una pequeña puerta que había en la oficina. Después de no pocas embestidas la rompieron.
En el cuarto al que daba estaba Lionel Frame con una jeringuilla colgada de su brazo ya seco, en estado de descomposición no avanzado pero tampoco inmediato.
De Chester Lane ni rastro.
No había una sola persona contra la que dirigir la rabia, el desprecio y el disgusto que les habían provocado.

El asunto no se discutió más.
La prensa no quiso hablar de ello y se respetó al máximo la identidad de Edward que cambió de nombre y desapareció, de la misma manera que lo hizo su primo. Perpetrador y víctima, ambos desaparecidos y por tanto unidos para siempre en la tierra de nadie que es el limbo de los que no están.

viernes, 2 de octubre de 2009

!!!???


German marketing campaigns scare the hell outta me...